El ministro de Economía de la Nación, Luis Caputo, justificó el cierre de la empresa Whirlpool en Pilar.

La compañía dejó de operar de manera intempestiva la semana pasada, dejando en la calle a 220 trabajadores, pese a que había invertido hace apenas 3 años 50 millones de dólares para erigir su planta de Fátima, e incluso tenía planes, hasta el año pasado, de expansión.

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Para Caputo, el negocio de Whirlpool estaba montado en un tipo de cambio artificial y una brecha que les permitía márgenes de ganancias amplias al colocar gran parte de sus productos, heladeras y lavarropas, en el exterior.

“Yo escucho estos dichos de la política del modelo de desarrollo productivo desde que nací, y pasaron sesenta años y no somos una potencia industrial y tampoco somos un país desarrollado. Entonces, esas políticas no han funcionado muy bien. Para nosotros, la mejor política industrial es la estabilidad macroeconómica. La baja de impuestos, la baja de regulaciones y la competencia. Esa es la mejor política eh industrial para la gente”, expuso Caputo en diálogo con el canal A 24.

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“El caso de Whirlpool es un caso exactamente de ese tipo. Se generó durante el dos mil veintidós, con la diferencia de cambio. Pero no es un negocio genuino eso. Se originó ese negocio aprovechando una brecha cambiaria y eso no tiene nada de política industrial”, concluyó.