Una profunda preocupación generó en un barrio de Pilar la aparición de una víbora yarará.
El animal fue visto en el barrio Agustoni, donde los vecinos intentaron capturarlo. Sin embargo, la serpiente escapó hacia un arroyo que hay en la zona.
La yarará, de acuerdo a los habitantes del barrio, mide 1,50 metros, y fue divisada en la calle Santa Águeda al 1.600.
Ambientalistas, en tanto, recomendaron no acercarse ni intentar atrapar al animal.
“El problema es que los vecinos la tratan de agarrar y se les escapa. Una yarará es un animal de nuestro ecosistema, es muy raro que aparezca, es extremadamente huidiza, no quiere estar con la gente, se escapa, es muy tímida. Solamente si la pateaste o la aplastaste va a reaccionar, pero lo grave es que la gente la trate de agarrar porque ahí seguro que se va a poner furiosa”, dijo la titular de la Reserva Natural de Pilar, Graciela Capodoglio.
“Las necesitamos porque se comen todo lo que nos molesta; los ratones. Entonces, lo que hay que hacer es no tocarla. Le cuesta mucho esfuerzo generar el veneno para inmovilizar a la presa, que tiene que ser un animal 50 veces más chico que nosotros. Gastar un recurso que tiene en algo que después no se podrá comer, ¿para qué? Lo que debemos hacer es retroceder y dejarla, porque se va a ir”, agregó la ambientalista en contacto con Resumen.
Capodoglio insistió en que estos fenómenos se deben a la invasión que el humano hace sobre el área natural en donde viven los animales, como el caso de los humedales, al tiempo que recomendó tener el césped corto de los patios para evitar que la serpiente se esconda.