El «toque de queda sanitario» que comenzará a regir en el país en las próximas horas, con el objeto de intentar frenar la veloz escalada de contagios de coronavirus, ya comenzó a cosechar críticas en la oposición.

La edil de Juntos por el Cambio Analía Leguizamón, quien durante parte de la gestión del exintendente Nicolás Ducoté estuvo a cargo de la subsecretaría de servicios sanitarios de la Comuna, expuso que las limitaciones a la movilidad nocturna arrojaron «resultados que aún no están claro» en varios países de Europa, donde son llevados a cabo.

«Toque de queda nocturno. Se aplicó en Europa y los resultados aún no están claros. ¿Se aplicará aquí con brocha gorda y sin diseñar alternativas que no condenen a los gastronómicos de Pilar?», expuso Leguizamón.

«Esperemos que quienes tomarán la decisión de aplicar esta medida, estén pensando además cómo llevar alivio a estos sectores que han hecho esfuerzos enormes por cumplir protocolos, cuidarse, y seguir pelándola para no cerrar definitivamente», añadió la legisladora local.

A su vez, Leguizamón pidió que se realicen más testeos, para bajar los índices de positividad que tiene Pilar, que oscilan en el 25% y 27%, pese a que es uno de los distritos que más pruebas realiza.

«Además hay que aumentar testeos. Una positividad del 27% en Pilar habla sobre una estrategia insuficiente para gestionar adecuadamente la pandemia. Sin esto, los esfuerzos que se piden, son de resultado incierto», enfatizó.

Por otro lado, la diputada nacional del mismo espacio político, Adriana Cáceres, también cuestionó la medida, y se sumó al pedido de que se realicen más testeos.

«Esperamos que el toque de queda no sea una decisión aislada, sino planificada, acompañada de testeos masivos y un plan de vacunación eficiente para cuidar a los argentinos. La restricción de las libertades individuales no puede ser la única respuesta a la crisis sanitaria», expuso Cáceres.

Desde este viernes, el gobierno nacional decretará en todo el país restricciones a la movilidad nocturna, en principio de 23 a 6 de la mañana, con el objeto de reducir la circulación de personas e intentar aplacar la curva de contagios de coronavirus.

En especial, apuntan a las reuniones clandestinas que realizan jóvenes, en espacios donde no se respetan los protocolos sanitarios.