El gobierno nacional y el de la provincia de Buenos Aires avanzaron en los detalles del plan de seguridad para el Gran Buenos Aires, la zona más golpeada por la inseguridad.
"No nos vamos a hacer los distraídos", había señalado el Presidente Alberto Fernández días atrás. "Vamos a parar a los que delinquen", insistió el mandatario nacional en medio de su visita a Pilar, donde dio algunas pistas de lo que sería ese programa.
Sumar entre 8 mil y 10 mil nuevos policías, incorporar 2 mil patrulleros, dotar de más equipamiento a las fuerzas que se desplieguen en el territorio, e incrementar las cámaras de seguridad y botones antipánico, son algunas de las medidas que se anunciarán en los próximos días.
Además, se refaccionarán comisarías, se construirán unidades carcelarias, y se crearán "puntos seguros" en áreas de alto tránsito de personas, como estaciones de colectivo o férreas, donde se ubicarán botones antipánico y cámaras de monitoreo.
Tras la fuerte baja de hechos delictivos que se registró en las primeras semanas de la cuarentena, los robos treparon con fuerza. La delicada situación social y económica fruto de la pandemia preocupa por igual a intendentes y autoridades nacionales y provinciales.
Fernández y Axel Kicillof mantuvieron un encuentro donde el plan de seguridad, que se llamaría "Plan Centinela", fue abordado, y se prevé que sea anunciado la semana que viene.
Estaban también en ese encuentro el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero; el ministro del Interior, Eduardo de Pedro; el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis; el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa; el diputado Máximo Kirchner y los intendentes bonaerenses, Juan Zabaleta (Hurlingham), Fernando Espinoza (La Matanza), Mariano Cascallares (Almirante Brown), Martín Insaurralde (Lomas de Zamora) y Jorge Ferraresi (Avellaneda).