Para los especialistas es vital que tanto los hipertensos como aquellas personas con antecedentes e inclusive las sanas conozcan qué puede perjudicar la presión arterial. La Dra. Carol Kotliar, del Hospital Austral, detalla los medicamentos, alimentos y costumbres a tener en cuenta.
En la víspera del Día Mundial de la Hipertensión –17 de mayo- los especialistas ponen el foco en aquello que se necesita saber sobre las sustancias que pueden aumentar la presión arterial, con el objetivo de prevenir este incremento y cuidar la salud.
Una de las principales preocupaciones es no sólo que existen muchísimas sustancias que pueden aumentar significativamente nuestra presión, sino que además muchas de ellas están indicadas para mejorar otro problema de salud, en cuyo caso lo que nos queda es consultar al médico para saber si podrían estar ejerciendo un efecto opresor que sea desfavorable para el sistema cardiovascular, y cuáles de ellas lo estarían haciendo.
“Recientemente presentamos el análisis de las causas asociadas a la presión alta de 12.300 pacientes que concurrieron al Centro de Hipertensión Arterial del Hospital Austral entre 2007 y 2017, y encontramos que prácticamente 900 personas habían incurrido en el uso crónico de alguna sustancia que podría haber estado relacionada con el aumento de la presión arterial. Es decir que aproximadamente un 6.5% de los hipertensos de este estudio consumían alguna sustancia o fármaco presor”, informó la Dra. Carol Kotliar, directora del Centro de Hipertensión Arterial del Hospital Universitario Austral.
Entre las sustancias y hábitos más frecuentemente asociados a la hipertensión se encontraron:
*El consumo de alimentos con excesiva sal.
*El uso en exceso de sales sustitutas que también tienen sodio como sal kosher y sal marina.
*La ingesta de más de 2 vasos de alcohol para los hombres y 1 para las mujeres.
*La ingesta de más de 4 tazas grandes de café (250 ml cada una) por día, así como también de bebidas energizantes o que contienen cafeína.
*El uso de suplementos herbales con efecto laxante.
*El uso de suplementos naturales para adelgazar con cafeína, hormonas tiroideas o andrógenos.
*El consumo de antiácidos.
*El consumo de anti-inflamatorios no esteroides como por ejemplo aspirina.
*El consumo de descongestivos que contienen fenilefrina o seudoefedrina.
*El uso de corticoides inhalatorios en formulaciones orales o inyectables.
*El uso de medicamentos para infecciones por hongos.
*Los tratamientos con anticonceptivos orales, imunosupresores como ciclosporina o eritropoyetina.
“Por supuesto que en todos los casos en los que intervienen fármacos la recomendación es que la persona no se automedique, especialmente si es hipertensa o si tiene antecedentes familiares; así como también que consulte a su médico sobre cada fármaco específico que se le indique tomar”, refirió la especialista.
Pero además la Dra. Kotliar manifestó que hay otras sustancias que también son peligrosas como por ejemplo el regaliz, que deriva del reino vegetal y se utiliza en tinturas o bien como endulzante de comprimidos y alimentos; e inclusive para endulzar el sabor de ciertos tabacos.
Hipertensión: ¿qué significa que las dos presiones “se junten”?
En Argentina, 3 de cada 10 personas tienen o tendrán presión alta. Por eso, el primer paso para prevenir ser víctima de un ACV o un infarto asociados a la hipertensión es que cada persona conozca sus números, es decir su presión.
“Las guías de hipertensión arterial de nuestro país consideran que valores de presión arterial desde 140 de sistólica o máxima y 90 de diastólica o mínima son necesarios para el diagnóstico de hipertensión arterial en personas mayores de 17 años; mientras que valores entre 130 y 139 de máxima y entre 85 y 89 de mínima son conocidos como ‘limítrofes’ y pueden considerarse un llamado de alerta, explicó la Carol Kotliar.
"En caso que una o ambas cifras estén aumentadas, la persona será diagnosticada como hipertensa”, expuso.
Es importante medir la presión correctamente y con un buen equipo; pero también es necesario informarse sobre determinadas situaciones que pueden darse en torno a la presión y generan confusión.
Una de ellas se presenta cuando las dos presiones “se juntan”. Esto quiere decir que las cifras de la sistólica y diastólica si bien no llegan a tener una diferencia de 0 –esto nunca podría pasar mientras estemos vivos- sí se acercan demasiado.
Pero hay un escenario puntual en el cual si la persona tiene alta la mínima y normal o baja la máxima, la diferencia entre ambas cifras se achica y estamos en presencia de un hipertenso sistólico-diastólico.
Lo mismo ocurre en casos de mínima o diastólica elevada –por ejemplo 130/100 o 120/95- en cuyo caso la diferencia entre ambas presiones es sólo de 25 o 30 y el paciente refiere que sus presiones “se juntaron”.
“Mientras estemos vivos siempre habrá diferencia entre las dos presiones porque ambas cifras marcan y muestran la medida de la fuerza de la circulación, y por ende la diferencia nunca llegará a cero. Pero si ésta es muy pequeña, probablemente se trate de una persona con hipertensión diastólica aislada; situación que requiere una consulta con el médico debido a que es una forma de presión alta que tiene y necesita tratamiento, al igual que si aumentase la sistólica o ambas”, comentó la médica del Hospital Austral.
El “sistema” de la presión
Todos necesitamos oxígeno para vivir, y nuestro sistema cardiocirculatorio está muy bien diseñado para abastecernos. Cuando respiramos ingresamos este elemento esencial, que pasa a la sangre circulando unido a los glóbulos rojos, mientras que el corazón se ocupa de impulsarlo para que llegue a todos nuestros órganos y tejidos.
Para mantener un aporte adecuado de oxígeno necesitamos que las condiciones de ingreso, bombeaje y circulación sean óptimas.
Por eso, si existen trastornos de la respiración, del corazón o de las arterias, el equilibrio se afectará y existe la posibilidad de que se vean afectados el cerebro o el corazón.
“Es importante medir bien la presión, por lo que debemos usar un equipo eficaz para asegurarnos que el resultado sea fidedigno, aunque es habitual que los equipos por más buenos que sean puedan tener un error de hasta 1 milímetro de mercurio (mm Hg) en algunos casos. Actualmente usamos ambos valores indistintamente –presión sistólica y a la diastólica- para el diagnóstico de hipertensión arterial, aunque analizamos cual predomina a la hora de elegir el mejor tratamiento para cada persona”, finalizó la Dra. Kotliar.
Cómo medir la presión arterial en casa
*Medir la presión implica conocer cuál es la fuerza que ejerce la sangre sobre las paredes de las arterias.
*Use un equipo validado que asegure la exactitud y validez del resultado. Esto se puede consultar a través de internet en www.bhsoc.org/default.stm o www.dableducational.org.
*Solicite indicaciones a su médico acerca de la frecuencia y horario de las mediciones y no se obsesione midiéndose la presión si no se lo indican.
*Siempre descanse 5 minutos antes de realizar la medición. Si no lo hace, anótelo para informar a su médico de la condición en que realizó la medición.
*No beba café ni bebidas alcohólicas, ni fume desde 30 minutos antes de la medición.
*Vacíe su vejiga porque la retención modifica su presión arterial.
*No mastique chicles ni alimentos desde 5 minutos antes de la medición.
*No converse durante la medición ni entre ellas.
*Para hacer diagnóstico y para la evaluación de la eficacia del tratamiento se recomienda hacer 2 determinaciones consecutivas a la mañana antes del desayuno y de los medicamentos antihipertensivos si los tomara, y otras 2 determinaciones a la tarde antes de cenar, durante 7 días según le indiquen. De esta manera obtendrá 28 registros (14 por la mañana y 14 por la tarde).
*Siéntese con la espalda apoyada cómodamente sobre un respaldo. Cuide que no esté frío el respaldar debido a que podría aumentar su presión arterial. Apoye ambos pies en el piso, no cruce sus piernas.
*Coloque el manguito en el brazo que debe estar descubierto, sin ropa o mangas cortas que nunca compriman su brazo de ninguna manera. Coloque su brazo a la altura del corazón.
*Ponga la palma de la mano hacia abajo sobre la mesa, así su brazo estará más relajado.