Con la llegada del calor y la creciente utilización de piletas, crece la posibilidad de accidentes y ahogamientos en esos espejos de agua.
Un informe del Hospital Universitario Austral, recomendó “priorizar acciones para promover las piletas seguras y saber que la prevención es la mejor conducta para salvar vidas”.
Uno de los puntos clave señalados por el Austral, en base al Consenso Nacional de Prevención del Ahogamiento de la Sociedad Argentina de Pediatría, es que haya un adulto que exclusivamente se dedique a la supervisión de los niños que están en el agua o en cercanías a las piletas.
“Es fundamental que exista una visión permanente del niño. Debe haber un adulto responsable designado para supervisarlo y que quede a cargo del cuidado del niño porque cuando todos miran, nadie mira”, informaron.
Según el Consenso Nacional de Prevención del Ahogamiento, la proporción segura entre número de cuidadores y niños es:
- Lactantes: 1 a 1.
- De 1 a 2 años: 1 a 2.
- De 2 a 3 años: 1 a 3.
- Luego de los 4 años: de acuerdo al grado de aprendizaje de la natación que tengan los niños
Otros consejos
Además del control por parte de adultos, también es importante adoptar otras medidas, como construir perímetros alrededor de las piletas.
“Todas las piletas deben contar con un cerco perimetral de por lo menos 1,30 metros de altura y ser continuo o tener barrotes de no más de 10 cm de ancho entre uno y otro, para que no pueda caber la cabeza de un niño. Se debe tener un ingreso a la pileta con una puerta única que no puedan abrir los niños”, aconsejaron.
Además, indicaron que “nunca se deben dejar sillas, mesas, reposeras o algo que esté próximo al cerco para que los niños no se puedan trepar”.
“Si las piletas son inflables y no cuentan con cerco, deben ser vaciadas al final del día. No dejar juguetes y objetos atractivos que floten. Los niños no tienen noción del peligro y se pueden acercar. Con respecto al salvavidas, todo niño menor de 4 años debe colocarse un salvavidas cuando está cerca de la pileta. Este salvavidas debe mantenerlo a flote. Muchos de ellos no son tan buenos, como las alitas. Los inflables en los brazos no son seguros y no deberían usarse como salvavidas”, añadieron.
En ese contexto, explicaron que los modelos universalmente más aceptados son los que están diseñados con “material enterizo de alta flotabilidad; tienen formato de chaleco, con abertura anterior con 3 broches de seguridad, como mínimo”.
Además, tienen una correa inextensible que une la parte anterior con la posterior del chaleco, pasando por la ingle del niño y asegurada con broche de seguridad.
“Todo otro tipo de flotador símil-salvavidas, y más aún si son inflables (brazaletes, colchonetas, cámaras de automóvil o animales), no ofrecen ninguna garantía”, alertaron.
Cuidados también con los adultos
También en adultos puede haber accidentes, en ocasiones por desconocimiento de profundidad, golpes que producen traumatismos, y también personas que bajo efectos del alcohol caen a la pileta.
Dos aprendizajes muy importantes: enseñar y aprender a nadar, excelente actividad física y aprender RCP.
“Si lamentablemente se debe asistir a una persona por ahogamiento, lo primero al sacarlo del agua es convocar al servicio de Emergencias e iniciar las maniobras de RCP. Se recomienda a toda la población capacitarse en cursos de Resucitación Cardiopulmonar, y así estar preparados para ayudar en dichas situaciones”, enfatizaron desde los Servicios de Pediatría y Emergencias del Hospital Universitario Austral.
