El periodista Luciano Gómez, que el 29 de noviembre del año pasado fue intervenido quirúrgicamente en la tibia y el pie de la pierna derecha para mejorar el cuadro que padece - parálisis cerebral por haber nacido de cinco meses que le dejó secuelas motrices-, vuelve a reclamar a la prepaga Medifé por incumplimiento en el posoperatorio.
Según sostiene, la empresa de salud en la actualidad le retrasa la rehabilitación y se niega a brindarle el equipamiento para poder llevarla a cabo que, de acuerdo a lo que sostiene la ley de discapacidad, le corresponde.
“Después de realizar la denuncia ante los medios trajeron la cama ortopédica mecánica y la kinesiología a domicilio con 26 días de retraso. Pero hoy ya sin yeso debemos encarar una nueva etapa con rehabilitación presencial a kinesiología, kinesiología en agua, psicología y equinoterapia. Si bien las terapias fueron autorizadas, no sucede lo mismo con los traslados que llevo a cabo desde 2010. Mi equipo médico sostiene que es perjudicial utilizar el transporte público dado que aumenta la espasticidad”, sostuvo Gómez.
“Cuando envié los papeles se supone que la autorización ocurre dentro de los treinta días. Hoy si bien están autorizadas las terapias, reitero y agradezco, no así el remis que me traslada a cada una de ellas que fue oportunamente presentado con el plan de rehabilitación para el 2022. De los supuestos treinta días ya van cuarenta y seguimos sin novedades”, agregó.
Respecto al equipamiento, Gómez se refiere a una bota Walker con cámara de aire la que debió colocarse apenas le sacaron el yeso - estuvo nueve semanas enyesado - y desde el tres de febrero que tiene el pie descubierto lo que no permite que el hueso suelde correctamente.
“Lo cargué por la web y a las dos horas estaba el pedido rechazado. Llamo y me dicen que la auditoría médica dice que no corresponde y que nunca me lo cubrieron y que no corresponde. Pedí el rechazo por escrito, sostuve que en 2014 me la cubrieron y me dijeron que no hay pruebas. No sé cómo se manejaban en aquellos años pero a mí me las mandó el jefe de autorizaciones que estaba en aquel momento. No sé cómo fue el manejo interno ahí pero yo la tuve y fue cubierta”, expresó.
Ante esta negativa, Gómez señaló: “Busqué la ley 24901 de discapacidad y descubrí que esta actitud viola el capítulo V”.
“El apartado Servicios Específicos, artículo 27 señala que la Rehabilitación motora es el servicio que tiene por finalidad la prevención, diagnóstico y tratamiento de las enfermedades discapacitantes de orden predominantemente motor; que en el inciso B manifiesta lo siguiente: a las personas con discapacidad se le debe garantizar la provisión de ortesis, prótesis, ayudas técnicas u otros aparatos ortopédicos: se deberán proveer los necesarios de acuerdo con las características del paciente, el período evolutivo de la discapacidad, la integración social del mismo y según prescripción del médico especialista en medicina física y rehabilitación y/o equipo tratante o su eventual evaluación ante la prescripción de otro especialista”, agregó el periodista.
De acuerdo a lo dicho por Gómez al cargar el trámite y citar esa ley, ingresa al portal y ve que el pedido está en curso pero aduce que debe tener los elementos “urgente” dado que todo retraso “pone en riesgo el excelente resultado de la cirugía”.
“Es triste. Estoy contento por el resultado de la cirugía pero me parece injusto que, al estrés que uno tiene por haber sido operado, deba sumarle todo esto. Estamos muy desprotegidos ante el poder de las prepagas y la burocracia que envuelve toda la atmósfera. No puede ser que ante cada pedido uno tenga que reclamar en los medios. Estoy lleno de incertidumbre en el plano laboral, no puedo volver a mis trabajos-tiene un programa de radio- y eso es producto de la tristeza que me genera la dilatación que injustificadamente lleva a cabo Medifé “, concluyó.
