La electrificación de la línea San Martín, postergada durante años, no ha sido considerada una prioridad por las autoridades, lo que había sido anticipado en informes previos. A pesar de que sigue en trámite la licitación para la renovación de vías y señalización entre Retiro y Pilar, la falta de recursos ha paralizado su adjudicación, poniendo en duda la viabilidad del proyecto.
Además, la gestión de estos trabajos ha quedado en una situación de incertidumbre desde el cambio de gobierno. La Dirección General de Programas y Proyectos Sectoriales y Especiales (DGPPSE), anteriormente responsable de la supervisión, no ha mostrado avances tras quedar sin dirección clara.
El informe de Francos también menciona obras urgentes presentadas por la Sociedad Operadora Ferroviaria Sociedad del Estado (SOFSE), pero no se han especificado ni detallado los recursos disponibles para su realización. Estas obras no han sido incluidas entre los proyectos prioritarios del marco de emergencia ferroviaria, lo que agrava la situación.
Por otro lado, la licitación para la reparación de 24 locomotoras SDD7, adjudicada hace más de seis meses, aún no ha comenzado, lo que refleja la falta de avances incluso en inversiones menores. Sumado a esto, la compra de trenes eléctricos, adjudicada en 2021 a la empresa rusa TMH, fue cancelada debido a la falta de financiamiento y la retirada de la compañía tras las sanciones impuestas a Rusia.
La paralización de la modernización de la línea San Martín es especialmente significativa, considerando que esta fue la línea que motivó la declaración de emergencia ferroviaria. A pesar de algunas mejoras en otras líneas ferroviarias, los usuarios del San Martín siguen enfrentando un futuro incierto respecto a la calidad y seguridad del servicio.