A 28 años de su inauguración, este martes en una jornada abierta a la comunidad, la única calesita que tiene Presidente Derqui volvió a girar.
Resplandeciente, llena de colores, música, luces y mucha ilusión para toda la comunidad y gracias a una movida solidaria de vecinos que decidieron donar su trabajo para ponerla nuevamente a punto.
La calesit estaba muy deteriorada, ya no iban chicos y era imposible mantenerla abierta; por eso su dueña, Sara, había tomado la drástica decisión de venderla ante la gran cantidad de dinero que tenía que invertir para hacer una serie de mejoras que necesitaba.
Pero cuando se conoció la noticia, a través de las redes sociales comenzó una cruzada que sumó a varios derquinos que donaron su trabajo y tiempo para repararla.
Oscar Preiti, electricista, fue de los primeros que decidió ponerle el cuerpo para recuperar este tesoro.
Al rescate de la ilusión: Vecinos se unen para evitar la venta de una emblemática calesita
Él arrancó con las reparaciones que duraron un mes y cuando llegaba por la mañana de su trabajo, dedicó sus horas de sueño para reparar todos los circuitos.
El Ente Coordinador de Trabajo y Cooperativismo de la Municipalidad de Pilar a cargo de Miguel Gamboa se encargó se reparar la losa y las veredas; la Comuna se ocupó también de la poda; trabajó la Cooperativa El Rocío a cargo de Claudia Aranda, el equipo de la Agrupación Lealtad, vecinos y comerciantes.
Por su parte, un comerciante de Manuel Alberti fabricó dos autos de fibra de vidrio que llevan pintados los años 1989 y 2017; para recordar su inauguración y reinauguración.
“Descubrimos que los chicos no sabían lo que era agarrar la sortija, se había perdido la cultura de la calesita porque durante 3 o 4 años nadie llevaba a sus hijos por el deterioro. Gracias a esta movida vecinal, esta locura, hoy la recuperamos”, relató el concejal electo y vecino que participó de los trabajos, Flavio Álvarez.
La calesita fue construida por el marido de Sara y desde entonces funciona sobre la calle Medrano, a metros de la estación de Derqui, donde miles de niños han jugado.
Para esta nueva etapa, su dueña se comprometió a cuidarla y mantener los precios bajos para que todas las niñas y niños puedan volver a girar y disfrutarla.