La profundización de la crisis económica que se vive en el país, impulsada por una seguidilla de aumentos en los servicios y la creciente preocupación por no llegar a fin de mes provocó que en Pilar se reactivaran las ferias del trueque, aquellas que habían surgido en lo peor de la crisis del 2001.
Si bien muchas de ellas se mantenían en los barrios, en el último año volvieron a reflotar ocupando las plazas de distintos puntos del distrito, recibiendo mes a mes a cada vez más feriantes.
Una de las ferias, que ya va camino a consolidarse, es la que se venía realizando desde el año pasado en la localidad de Villa Astolfi.
Mujeres con diferentes artículos, desde indumentaria hasta alimentos, habían elegido desarrollar la actividad en el corredor aeróbico de esa localidad.
Ahora, con la llegada del verano, se trasladaron hacia la Sociedad de Fomento de Astolfi, donde su comisión directiva decidió cederles el espacio para que las jornadas de intercambio puedan desarrollarse en un lugar más cómodo, accesible y amplio.
Este sábado, esa institución recibió a los feriantes. Fueron más de 80 los puestos que se armaron con una dinámica que va desde el intercambio de productos, la venta de algunos de ellos o también la combinación de ambas opciones.
"La gente está desesperada", dice Julio Ezcurra, presidente de la Sociedad de Fomento y quien no dudó en brindar el espacio para que las feriantes tuvieran acceso a baños, refrigerio y mejores instalaciones.
"Estamos volviendo a lo que fue el 2001, la peor época de la Argentina. La gente está desesperada. Nosotros entendemos que la situación está mal y que nuestros vecinos necesitan una mano", explica Julio a quien tampoco las cosas le van bien en la institución que apenas puede llegar a pagar las boletas de luz.
"No podemos dejarlos solos. De acá, algunos se van con 300 pesitos que lograron vender y eso ya hace que les cambie la cara", cuenta el titular de la Sociedad de Fomento quien ya adelantó que la feria ha comenzado a crecer.
Este sábado, entre las 16 y las 20 horas, hubo feriantes que llegaron desde Pilar, Derqui y hasta Del Viso.
Ellos, poco a poco, fueron desplegando sus mesas con indumentaria, tuppers, vasos de vidrio, zapatillas, otros con productos alimenticios: tortas, rosquitas, tortillas.
Una vez instalados, comenzó la dinámica. Primero, entre ellos y luego con la llegada de los vecinos del barrio.
Intercambiaban vasos de vidrio por ropa de niños, alimentos por contenedores de plástico, zapatillas por algún pantalón o herramientas.
"Las posibilidades son variadas. El que tiene para pagar, lo hace, el que no, ofrece algo a cambio y si no 50 y 50", explican en la feria.
"No queremos ni mencionar la palabra trueque, pero este gobierno ya no da para más. Vemos la necesidad de la gente. Una de las chicas me contó que ella y su marido están sin trabajo, tiene que hacer milagros para poder pagar el alquiler y llevarse una bolsa de mercadería era su felicidad", relató Julio quien insistió en poner a disposición la entidad para ayudar a los más necesitados del barrio.
La feria de este sábado terminó con una amplia participación y antes de finalizar la jornada, ya fijaron la próxima convocatoria: será el 24 de febrero.
"Vamos a organizar para que haya artículos de librería. se viene el inicio de las clases y hay que estar para ayudar a armar la mochila de los chicos", anticiparon.
Cada feriante colabora con un alimento. Lo reunido al final de la jornada es sorteado. La mayoría de ellos se vuelve a la casa con una bolsita de mercadería.