Una mujer de Manzanares denunció ante Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) por un reprochable hecho de discriminación que sufrió su familia.
Elisabet Arzamendia es cliente de una forrajería de la localidad hace 11 años, y el pasado jueves recibió un pedido que había solicitado al comercio, como suele hacer.
Al entregarle la mercadería, también le dejaron el comprobante de pago, donde se leían insultos hacia su hijo y hacían referencia a la nacionalidad de su marido.
Arzamendia recibió el pedido de manos del hijo de la dueña del local, según contó, y guardó el recibo. Al día siguiente, lo leyó, sin creer lo que allí decía.
“Vino el hijo a entregarme (el pedido), le di el dinero, me dio la factura que guardé y se fue. Seguí haciendo mi vida, al otro día a la mañana encontré la factura y la leí, pero no podía creer. No sabía si estaba leyendo mal, si alguien me estaba tomando el pelo”, contó Elisabet en diálogo con el Diario Resumen.
“Paraguayo que anda en auto con el hijo re pelotudito”, rezaba el recibo, en el último caso en referencia a su hijo de 15 años que tiene retraso madurativo.
“No lo podía creer. Le mandé a dos amigas, las dos me dijeron que sí, era indignante y discriminatorio. Me sentí indignada, mi amiga se ofreció a hablar con la dueña, que no negó que había salido de ahí pero que había sido un empleado, que iba a investigar, que me pediría disculpas, que estaba indignada también. El viernes a la noche el hijo me dijo por redes que habían echado al empleado responsable. Ella vino el domingo y me dijo que no sabía quién era, que no se acordaba el apellido, no tenía el número telefónico ni sabía dónde vivía y que el chico no fue más a trabajar, que lo buscaba para pedirme disculpas", agregó la mujer.
Arzamendia agregó que, no obstante, el nombre que le dieron luego de reclamar es alguien que no existe, por lo que "se le echó la culpa a alguien invisible”.
Según pudo averiguar la mujer, el local nunca tuvo un empleado, y el lugar es administrado por la dueña y su hijo, quien le entregó el pedido.
"Estamos indignados porque mi hijo es un chico de bien, va a un colegio especial. Me indigna que haya personas que, uno le compra hace ya 11 años, y nos traten así, que me mande esas cosas por escrito a mi casa”, se lamentó.
La mujer explicó que la propietaria no se disculpó, y agregó que fue la propia dueña del lugar con quien ella habló para hacerle el pedido, vía telefónica, por lo que cree que la nota es de ella.
“Hay facturas con letra de ella, muy parecida. No tengo dudas de que lo escribió, como a ella le parece que es mi hijo. La denuncié por discriminación y por racismo. No caigo en que haya personas así, que se refieran a mi hijo de esta forma. Mi hijo está las 24 horas del día conmigo, lo llevo a mi trabajo, no sale solo, va a la escuela acompañado por nosotros. No es un chico que ande por la calle, los vecinos saben eso y nos apoyan porque mi hijo es un amor. Es algo que nos pasa por primera vez, que nunca pensamos que hubiese alguien que escribiera así de nosotros”, cerró Elisabet.