En 2017, bajo el gobierno de Mauricio Macri, se había dado luz verde a la licitación para electrificar el tramo del ferrocarril San Martín que conecta las estaciones de Retiro y Pilar. Sin embargo, debido a una recomendación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que financia la obra, el proyecto tuvo que reiniciarse desde cero.
Ya en abril de 2021, luego de evaluar las ofertas recibidas, el Ministerio de Transporte adjudicó el contrato a un consorcio formado por Supercemento, China Railway y CRSC. No obstante, el BID comunicó que no podía dar su “no objeción” al proyecto, debido al tiempo transcurrido desde la apertura de las ofertas en 2018 y la adjudicación, y porque "hubo cambios que han generado riesgos sustanciales en cuanto a los aspectos técnicos y los costos del proyecto”. Ante esta situación, el BID sugirió iniciar "un nuevo proceso licitatorio".
A pesar de este contratiempo, el proyecto fue reactivado cuando, en una reunión en Washington, el entonces ministro de Economía, Sergio Massa, y el presidente del BID, Mauricio Claver-Carone, acordaron destrabar créditos por casi 3 mil millones de dólares para el país.
El plan avanzó hasta la apertura de sobres de los oferentes, pero con la llegada de Javier Milei al gobierno, quedó paralizado. El Ministerio de Economía solicitó al BID que esos fondos fueran reasignados a otras áreas. Recientemente, las obras de electrificación quedaron fuera del traspaso de competencias hacia la Secretaría de Transporte de la Nación, en un contexto en el que otros proyectos sí fueron transferidos.
La posición oficial es no continuar con la licitación del proyecto ni con la modernización integral de la línea Mitre, considerando que el proyecto "no es prioridad". Paralelamente, desde el Gobierno se ha buscado presentar el crédito para el San Martín como parte de "programas viejos que nunca se ejecutaron".
Aunque es cierto que la negociación de la línea de crédito comenzó al final de la gestión de Florencio Randazzo y fue aprobada durante la administración de Guillermo Dietrich, el proyecto ha permanecido activo a pesar de los diversos obstáculos que lo retrasaron.
La obra, que iba a beneficiar a más de 2,6 millones de personas, comprendía la electrificación de los 55 kilómetros de la línea, que actualmente funciona con tracción diésel, entre las estaciones Retiro y Pilar. Esta electrificación permitiría reducir los tiempos de viaje, mejorar la fiabilidad del servicio y disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Asimismo, el proyecto incluía la renovación de vías y aparatos de vía entre las estaciones Retiro-Palermo y Paternal-Pilar, la construcción de una subestación transformadora en William Morris que abastecería a toda la línea, así como la instalación de puestos de autotransformación y nuevos sistemas de señalización automática ATS y comunicaciones.