Ambientalistas aseguraron que la contaminación en el Río Luján ya está demostrada.
Así lo manifestaron luego de que desde la UCR de Pilar, por medio de la edil Claudia Zakhem, se presentara un proyecto que propone analizar el estado del cauce y, al mismo tiempo, convocar a entidades y otros sectores para avanzar en un plan de mitigación y posible dragado.
Sin embargo, desde la organización Humedales en Red, un Colectivo de organizaciones que monitorea la situación de varios ríos, entre ellos el Luján, indicaron que la contaminación del cauce ya está confirmada por varios estudios.
“Organizaciones que forman parte de la red, participaron desde el año 2011 a 2014, en lo que fue la Comisión Asesora del Comité de Cuenca del río Luján, y ahora están bregando por formar parte del Consejo Asesor del COMILÚ. Con lo cual, podemos asegurar, que estudios de la Cuenca hay en demasía. De hecho se realizó hasta un Plan Maestro que tuvo un costo sumamente interesante para la Provincia”, indicaron desde la organización, cuya coordinadora es la ingeniera Marina Lemos.
“Sabemos que nuestro río está en el podio de contaminación, luego del Matanza-Riachuelo y el Reconquista. Los impactos sobre el río Luján están documentados y fundamentados por estudios de prestigiosas Universidades e Investigadores. Sin duda lo que en primera instancia podríamos decir que falta en la cuenca del Luján así como en otras del AMBA es la decisión política de fiscalizar empresas y emprendimientos que afectan la misma. Realizar un estudio de impactos acumulativos es otro pendiente, y mientras eso no sucede se siguen aprobando y permitiendo barrios cerrados y otros rellenos en humedales. Y ni hablar de la implementación de una gestión integral de residuos que comience con la concientización de los habitantes de la cuenca para la reducción en la generación de residuos y continúe con un manejo sustentable de los mismos por parte de los Municipios”, expusieron a Pilar de Todos.
Para los referentes de Humedales en Red, “sugerir que con un dragado se puede solucionar la compleja situación ambiental”, como propuso Zakhem, “es casi una ilusión, además de ser inviable por tratarse de un río de llanura, con pendiente casi inexistente”.
“Por otro lado, si se tomaran el tiempo de ver estudios ambientales de los barros y taludes del río, tal vez entenderían que remover esos barros o sedimentos, es un problema mucho mayor que dejarlos donde se encuentran. La naturaleza es sabia y a lo largo de los años estableció un río con vegetación, meandros, flujos de agua, fauna que debiera funcionar en equilibrio. La intervención humana lo único que ha hecho es alterar ese estado natural, y cada vez traerá más problemas, ya lo veremos cuando las ‘obras de adecuación’ que se han realizado se pongan a prueba en un evento extremo”, concluyeron.