Habitantes de Villa Rosa formalizaron esta semana un pedido de audiencia con el intendente Federico Achával, para abordar dos problemáticas que aquejan a la zona: empresas que emanan malos olores y las polémicas termoeléctricas, radicadas en el límite de esa localidad con Matheu.

Según los vecinos del área, la firma responsable de los gases que se sienten a varios kilómetros a la redonda es Productos Pilar, una planta dedicada a la producción de alimentos para la industria cárnica.

El problema no es nuevo, viene desde hace años. A mediados de 2017, tras la intervención del OPDS, la empresa fue obligada a instalar un sistema de lavado de gases para mitigar los malos olores, pero los vecinos aseguran que esas medidas no sirvieron.

“Los malos olores siguen. El sistema de lavado de gases no es adecuado, las chimeneas están demasiado bajas, por lo que las labores que hicieron durante la gestión anterior, no alcanzaron”, había señalado días atrás a Pilar de Todos Constanza Moreno, vecina de la zona e integrante de la ONG 1810, Vecinos Unidos por Pilar.

En ese contexto, los vecinos acordaron el sábado pasado elevar un pedido de audiencia a la Municipalidad de Pilar, para poder reunirse con las nuevas autoridades de Medio Ambiente. Esa solicitud fue entregada este miércoles y esperan concretar en encuentro en los próximos días.



"Por la presente nos dirigimos a Ud. para solicitar una audiencia con nuestra ONG 1810 VUPP, a fin de que se nos informe cómo se procederá con relación a temas tales como: termoeléctricas radicadas 'ilegalmente' en Villa Rosa y Productos Pilar", reza el texto firmado por los responsables de la entidad, Raúl Regis, Patricia de White y Laura Buj.

En cuanto a las termoeléctricas, APR Energy y Araucaria Energy, los vecinos insisten en los ruidos molestos que generan cuando se encienden, y manifiestan que las usinas deben ser trasladadas a zonas industriales, ya que si bien las tierras en las que fueron construidas tienen esa finalidad, la consiguieron luego de un polémico cambio de zonificación que avaló en 2017 el Concejo Deliberante.


"Las plantas no tienen que estar acá, esto es una zona residencial, donde hay casas, comercios y escuelas", reiteraron en varias oportunidades desde 1810, al tiempo que apuntan también a la potencial peligrosidad de los gases fruto de la combustión de los motores (a gasoil y a gas natural), y al uso intensivo del agua de pozo, entre otros factores ambientales.