Un juez de Garantías de Tigre dispuso la reapertura de la causa por la muerte en enero de 1996 del padre de Nicolás Pachelo, principal acusado en el juicio por el crimen de María Marta García Belsunce, para que se investigue si pudo tratarse de un homicidio, tal como solicitaron los fiscales del debate, luego de que cuatro testigos señalaran al exvecino del country El Carmel como autor del hecho.
La medida fue ordenada por el juez de Garantías 5 de Tigre, Diego Martínez, quien hizo lugar a un pedido de la Fiscalía General de San Isidro para que se reabra la causa por la muerte de Roberto Pachelo (51), que había sido cerrada como suicidio, y que se aporten “nuevas pruebas que puedan ser de utilidad para el esclarecimiento del hecho”, según indica la resolución.
Los fiscales Patricio Ferrari, Andrés Quintana y Federico González solicitaron que la nueva investigación esté caratulada como “homicidio agravado por el vínculo”, delito que prevé una pena de prisión perpetua”, con Nicolás Pachelo (46) como imputado.
La primera medida adoptada por el juez Martínez fue “requerir con carácter de urgente” al presidente del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 4 de San Isidro, Federico Ecke -a cargo del juicio por el crimen de García Belsunce-, las videofilmaciones y actas de las declaraciones de los testigos que en ese debate se refirieron a la muerte de Pachelo padre.
Estos testigos son Jacqueline Barbará, viuda de Pachelo; Hernán Coudeau, hijo de Barbará, que se crió con los Pachelo; Dionisio Simón, amigo y socio de Roberto Pachelo en la tosquera de Pilar, y Francisco Pachelo, hermano menor de Nicolás.
“Mis hijos siempre supieron, le echaron la culpa a Nicolás de que lo había matado a Roberto y a María Marta (García Belsunce) también”, dijo Barbará (78) sentada en los Tribunales de San Isidro. Mientras que Francisco Pachelo (40) lanzó: “Cuando tenía tres años, prendió fuego un colchón donde yo dormía. Es un psicópata y un asesino, no me cabe ninguna duda de que mató a mi padre”.
Entre los elementos que utilizó la fiscalía para argumentar el pedido, además de los testimonios de la familia de Roberto y Nicolás Pachelo, se sumó el peritaje practicado sobre las manos de la víctima donde, afirmaron, “surge como conclusión que en las muestras correspondientes de ambas manos no se comprobó presencia de restos de deflagración de pólvora”.
Los fiscales también recordaron el testimonio del vigilador Casanova que dijo que Roberto “tenía problemas con Nicolás” y que el hijo “no tenía ningún sentimiento hacia su padre”. Todo eso basado en que, luego de la muerte de Roberto Pachelo, había encontrado una serie de fotos que rescató de un misterioso incendio en la casa donde había muerto (encontraron una garrafa de 45 kilos abierta en el lugar) y que “al consultarle a Nicolás qué hacer con ellas, él las dejó en un remolque para luego dispararles con una carabina 22 terminando así con su destrucción”, cita. (DIB)