Tras conocerse el fortísimo aumento en los niveles de pobreza en el país, referentes de comedores y merenderos de Pilar advirtieron por el veloz aumento de la demanda de alimentos que tienen en sus instituciones.
De hecho, compararon la situación actual con la vivida durante los meses más duros de aislamiento por la pandemia, donde muchísimos ciudadanos no podían salir de sus casas a trabajar.
Además, indicaron que se nota que concurren personas que por primera vez acuden a la asistencia alimentaria, al tiempo que cuestionaron la nula asistencia de Nación, aunque sí de Provincia y el Municipio.
Diego Romero pertenece al movimiento CCC y administra un merendero en barrio Pinazo de Del Viso, al que asisten unas 500 personas.
Romero indicó que “si bien acá el municipio de Pilar nos ayuda, la ayuda provincial y sobre todo nacional es muy escasa y cuesta llegar”.
“Los comedores, los merenderos crecen, la desocupación crece y si no fuese por el municipio de Pilar, tendríamos que estar cerrando merenderos y comedores”, expuso Romero en diálogo con el programa Agenda Propia (105.9).
“El aumento de la pobreza se nota en la falta de calidad de vida de la gente, se ve mucha gente que está viviendo peor, que no puede avanzar, que su situación está en decadencia, porque esto no solo afecta a la clase baja. Esto afecta también a la clase media, esto se viene cayendo a pique y no solamente es un problema de la gente que viene a los movimientos sociales, es un problema muy grave y no vemos un buen horizonte”, añadió.
Karina Retamar, en tanto, dirige el Comedor La Semillita, del barrio Toro de Derqui.
Actualmente realizan unas 200 porciones de comida, pero admite que la demanda es cada vez más alta.
“Estamos haciendo un esfuerzo terrible. La verdad que si antes nos costaba hoy, no sé, me gustaría que alguien pudiera venir, ver que lo que estoy diciendo es verdad, que no es ninguna mentira”, relató la mujer, quien agregó que para poder seguir sosteniendo el comedor siembran papa, cebolla, morrón entre otros alimentos.
La de la pobreza, dijo Retamar “es otra pandemia que nos toca vivir”. Y lo hacen con mucho esfuerzo “para poder salir adelante y así todavía sostener una olla, que se nos hace, la verdad, muy difícil”.
En Las Semillitas también se está sumando más gente en los últimos tiempos, en busca de un plato de comida.
“Antes era solamente a los niños. Luego durante la pandemia empezamos a recibir, ya no era un comedor, era una olla comunitaria todos los días, si se podía. Antes se podía hacer toda la semana, hoy nos está costando muchísimo, complicando muchísimo, y también es por familia. Tenemos desde embarazadas, señoras mayores, adolescentes, los chicos que están en la calle”, enumeró.
“Hay muchos comedores que están en las mismas o tal vez peores condiciones. Es muy crítico, muy triste”, lamentó.
Karina pidió al Presidente Javier Milei y sus funcionarios que “por favor caminen un poquito”. “Le diría al señor Presidente que por favor camine un poquito los barrios, conozca, que vea dónde se trabaja, ya que dicen que no hacemos nada, que trabajamos a fuego, a leña, no tenemos buenas cocinas, yo no tengo un techo para decir, este es el comedor. Yo voy donde hay necesidad. Así trabajamos nosotros, viendo dónde está la necesidad. No lo hacemos desde una oficina, muy tranquilos o sin conocer la realidad. El tema es que hay que conocer la realidad para saber, y el señor Presidente no creo que esté en las condiciones que estamos nosotros, ni que conozca, porque si no, no dejaríamos a ningún abuelo, a ninguna persona sin comida”, concluyó.
También en contacto con el programa radial, Pamela Acosta, quien administra el merendero Los Peques en Villa Rosa en el barrio Manzanar, describió una situación que también es crítica.
“Hace varios años ya que tenemos un merendero comedor en el barrio. Actualmente está terrible, muy difícil de sostener porque es mucha la demanda. Viene muchísima más gente, muchísimos más adultos, chicos a pedir ayuda, tanto sea merienda, alimentos. Actualmente es mucha la gente que necesita una bolsita de mercadería, aunque sea porque la verdad está difícil de comprar, difícil de trabajar. Hay mucha gente que se ha quedado sin trabajo últimamente. Los colegios ayudan, hay varios lugares que ayudan, pero no dan abasto”, relató.
“Nosotros, en pandemia llegamos a tener 50 familias y creo que esto es algo medio parecido. Tenemos 50, 60 familias y chicos muchísimos, cada vez más”, comparó.
Acosta indicó que tampoco reciben ayuda del gobierno Nacional, aunque sí del municipio y ediles del oficialismo.
“Actualmente de este Gobierno nacional no recibimos ayuda. Ya hace unos años tengo una tarjeta de alimentos y con eso compro una parte de los alimentos y otra parte me ayuda el concejal Iván Giordano. Desde 2018 tenemos el merendero y por eso pasamos por varias etapas y esta es bastante jodida. Recibimos a sectores obreros, de clase media-baja. Es más, acá en Villa Rosa varias fábricas cerraron o despidieron gente”, indicó.
Por último, Sandra Castillo, quien administra un merendero en Zelaya desde 2019, advirtió que más personas necesitan de la asistencia alimentaria.
“Empezamos haciendo meriendas y luego pasamos a una olla popular con la pandemia. Y después continuamos con el merendero solamente. Desgraciadamente, más gente necesita de nuestra labor. Eso es una problemática realmente que la vimos reflejada hace un par de meses atrás cuando tuvimos que empezar a poner que el servicio era para el que realmente lo necesitara. Porque si no, era imposible atender a tanta gente”, contó.
“No solo niños se atienden sino a la familia completa y adultos mayores también. Hemos tenido gente hace un par de meses atrás en situación de calle y también a ellos sí se les llegaba con asistencia. Es importante que se refleje la problemática de lo que está pasando económicamente, cómo afecta a las familias”, concluyó.