A raíz de la crisis económica que atraviesa la Argentina en general, distintos grupos encabezados por mujeres intercambian productos por mercadería, para poder asegurarse un plato de comida.
El trueque, una modalidad que se conoció antes y durante la crisis del 2001, tras la salida del gobierno del ex Presidente Fernando De la Rúa, se realiza de lunes a sábados en la plaza Lumi, un barrio de Derqui.
Los sábados funciona como una feria tradicional, donde se vende la ropa que las mujeres llevan por dinero, pero el resto de los días se combinan ambas modalidades, es decir se acepta una parte en dinero y otra en productos alimenticios, “porque la gente no tiene plata”.
“Esto es un cambio de ropa por mercadería. Los sábados sí solamente lo hacemos por plata, pero el resto de los días se aceptan productos. Además, hacemos rifas los sábados para que nadie se vaya con las manos vacías, y así todas las participantes pueden irse a sus casas con mercadería”, contó Nancy Carrasco una de las referentes de la feria, junto a Emilce Juri y Patricia Maciori.
“Cuando empezamos (hace unos 8 meses), lo hicimos con mi hija. Éramos cuatro, mis hijos y dos mamás. Comenzamos la comunicación -a través de la red social Facebook- y empezamos a asociar a la gente, llegamos a 257 personas y casi sin darnos cuenta, se sumaron un montón de vecinos. En la actualidad somos tres grupos”, agregó.
En la plaza se encuentran de lunes a sábados con distintas modalidades. Los lunes y miércoles las condiciones son vender las prendas que ofrecen a cambio de 50 pesos más mercadería. Los martes y viernes, se intercambia solo mercadería,. Mientras que los jueves, se acepta parte en mercadería, pero el monto en dinero se eleva a 100 pesos.
Es que así buscan las mujeres poder contar con dinero para gastos diarios, y a su vez poder llevar mercadería a sus viviendas. Saben que si vendieran solo por dinero, no sería sencillo, ya que este escasea.
“La gente se ayuda de esa manera porque tiene algo para vender, un pantalón de jeans que está semi nuevo, y piden 100 pesos y tres productos alimenticios a cambio. No le viene mal. Pueden ser paquetes de fideos, un puré de tomates, más el dinero que le sirve para comprar otra cosa, pan u otro alimento para que puedan cocinarse”, explicó.
Y relató que los sábados se realiza una rifa que luego deriva, con productos comprados por los mismos integrantes, en un sorteo para que no dependan del intercambio solamente para llevarse algo a sus hogares.
“Cada mujer o integrante del grupo pone plata de su bolsillo para comprar mercadería, se arman bolsones y se sortea. Entonces si alguien no vendió nada, por ahí tiene la suerte de llevarse mercadería”, añadió.
Carrasco aclaró que la organización no tiene intenciones de pertenecer a un partido político, que lo que se hace es “solo con la intención de ayudarse” y pidió que la Municipalidad colabore para poder continuar con la actividad.
“Lo que necesitamos es que nos traigan, al menos, dos baños químicos, bolsas de residuos. Es necesario que la Municipalidad se mueva y nos ayude, al menos con eso, ya que ellos no nos van a dar una mano con un poco de mercadería, necesitamos eso”, remarcó.
Además resaltó la capacidad de empatía que existe entre los diferentes grupos que participan y se mostró preocupada porque cada vez se suman más personas.
“Cada vez se agrega más gente. Hay personas que van a mi casa a golpear las manos para que las sume al grupo y a Emilce (Juri) le pasa lo mismo. Con nosotros, la gente está muy conforme porque hace sus cambios, lleva mercadería para la casa y así trata de vivir”, concluyó.
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