Por los tarifazos de la luz y el gas, y la falta de ayuda estatal, la “Asociación Civil Rinconcito de Pilar” tuvo que cerrar un comedor y 4 merenderos.
Se trata de espacios que funcionaban en Manuel Alberti, Del Viso y Pilar, donde se asistía a más de 500 personas. Además, la entidad también colaboraba con alimentos para otras entidades, como centros de jubilados.
Sin embargo, el encarecimiento de los servicios, la imposibilidad de seguir ayudando por parte de algunos comercios, también jaqueados por la suba de precios de la energía y la baja en las ventas, y la ausencia de asistencia estatal obligaron a que los lugares dejen de atender, desde ayer jueves.
“La verdad que esto a uno lo pone muy triste.; mucha gente la está pasando muy mal. Pero hace semanas que estamos atravesando nosotros un momento muy delicado, y la verdad que se nos hacía imposible seguir. Esto me pone muy mal no solo como dirigente, sino como persona”, expuso el dirigente social Diego Vivas, uno de los responsables de los comedores.
Vivas informó que se tuvieron que cerrar todos los merenderos y comedores que administraba la Asociación Civil “Rinconcito de Pilar”. Se trata de un comedor del centro de Manuel Alberti, donde la gente retiraba unas 360 viandas por día, aunque últimamente habían tenido que reducir la asistencia a dos días a la semana, además de 4 merenderos en Manuel Alberti, Del Viso y Pilar, donde se asistía a casi 400 chicos.
“Desde el 2000 que veníamos trabajando en este tipo de ayuda social. Me encantaría decir que los cerramos porque armamos talleres, o porque la gente está consiguiendo trabajo y está mejor. Pero la realidad es que cerramos por los tarifazos de la luz y el gas, además de no recibir ayuda estatal para los alimentos. Había muchos comercios que nos ayudaban, pero varios de esos negocios también han cerrado, o algunos se han tenido que achicar. La situación, lamentablemente, es insostenible”, expuso Vivas.
En el caso de la luz, Vivas explicó que el comedor del centro de Manuel Alberti recibió una boleta de 16 mil pesos, pese a tratarse de un lugar chico. “Dejamos de usar una computadora, apagamos la iluminación que daba a la calle, pero así y todo no pudimos. También se encareció mucho el gas, y no queríamos someter a nuestra gente a que cocine con leña”, agregó el dirigente social.
“Hay una crisis que se vive que algunos no ven y nunca van a ver, porque no les interesa lo social. Me duele no por mí, sino por las decenas de familias que dependían de nosotros para comer. Encima ahora vienen las vacaciones de invierno y no todos los chicos tienen comedores en las escuelas, y ahora tampoco lo tendrán en el barrio”, continuó Vivas, quien señaló que las veces que fue a pedir alimentos al Municipio se lo negaron, por lo que decidió no acudir más.
“No nos podemos someter a humillaciones, con este y otros gobiernos. La semana que viene veremos si salimos con alguna movilización para que esto se vea. A mí no me alegra tener un comedor, pero a ellos (por el gobierno) sí les alegra e incluso van y se sacan fotos, Veremos qué hacemos a futuro, pero la decisión de cerrar fue muy dolorosa”, concluyó.
Decenas de personas esperan poder retirar alimentos, en el comedor de Manuel Alberti que ayer dejó de funcionar.