El Municipio de Pilar informó recientemente que se habían invertido, entre proyectos ejecutados y otros en proceso, un total de 1360 millones de pesos en obra pública en Pilar desde 2016 hasta el momento.
El número no es menor: representa una de las inversiones en infraestructura de las más importantes de los últimos tiempos: Escuelas, calles, seguridad, salud, hidráulica, plazas y luminarias, fueron algunos de los ámbitos que recibieron ese caudal de dinero y, por ende, de mejoras.
Pero de lo informado, surge también un dato preocupante: lo sumamente dependiente que es Pilar de Nación y Provincia en lo que a obra pública se refiere.
En otros términos, sino hubiera sido por esas administraciones, la maquinaria que tanto se vio en la calle este año habría brillado por su ausencia.
Desde hace años que la Comuna de Pilar, como muchas otras, está atada financieramente a Nación y Provincia. Pero lejos de encontrar el distrito la posibilidad de ser, al menos en algo, “autosustentable”, la dependencia económica se acentúa.
Si bien Pilar percibe, además de lo que recauda por tasas propias, una importante porción de coparticipación provincial, esos dineros alcanzan para el pago de sueldos (lo que representa casi la mitad del presupuesto), los servicios de limpieza, el sostenimiento del sistema de salud y el gasto operativo del Municipio, es decir gasto corriente.
De hecho, de los 660 millones de pesos que se invirtieron en la deteriorada red vial de Pilar, apenas 6 millones 586 mil pesos fueron aportados por la Comuna, es decir casi un 1%.
El resto llegó por medio de programas del Ministerio del Interior, como las obras de Hábitat en varios barrios de Pilar, el Ministerio de Transporte, como el caso de los asfaltos en Villa Rosa, Derqui, la calle Saraví, las rutas 25 y 234, o las colectoras, u otras que se costearon con el Fondo de Infraestructura Municipal (FIM), un envío bonaerense.
Con este último, por ejemplo, se encararon la renovación de asfaltos en el centro de Del Viso, Manuel Alberti, Pilar o la calle Saavedra, que une Panamericana con ruta 26.
Los 6 millones y medio que sí salieron de las arcas locales, en tanto, se usaron en construir la segunda mano de la calle Savio, de acceso a la ex Fábrica Militar, una obra que en principio se pensaba hacer con fondos de Provincia, pero que ante la demora, y los reclamos, se decidió concretar con dineros propios.
Desde la Comuna, en tanto, señalan que la relación de obras nacionales y provinciales, comparadas con las locales, es tan “desproporcionada”, no porque el Municipio destine poco dinero - ya que obra pública también implica combustible, maquinaria, salarios - sino porque se está invirtiendo “como nunca se hizo por parte de las otras administraciones”.
“No es que Pilar haga poco, es que Nación y Provincia están haciendo mucho”, reforzaron.
De todos modos, si se miran los presupuestos totales de 2016 y 2017, que entre ambos sumarán más de 5 mil millones de pesos, suena a poco, muy poco, que apenas 6 millones y medio se hayan usado en nuevos asfaltos, uno de los mayores déficits del distrito.
El intendente Nicolás Ducoté en más de una oportunidad ha admitido la situación, pero se encarga de acarar que mientras se busca nutrir la recaudación propia, se encarga de gestionar, y conseguir, las obras que tanto se necesitan. "Es la realidad que nos toca jugar, y en todo caso lo estamos haciendo más que bien, porque las obras que estamos trayendo nunca se habían visto antes en Pilar", reitera el mandatario local.
Y tiene razón. Pero a su vez sabe que depender de otras administraciones, con los vaivenes económicos de cada una de ellas, le puede significar en algún momento no solo la demora en las nuevas obras que se proyectan (de eso hubo mucho en 2016 y este 2017), sino directamente que el grifo empiece a cerrarse.
Fondos locales
Además de los 6,5 millones de pesos locales usados en la calle Savio, se invirtieron desde las arcas comunales 2,1 millones de pesos en alumbrar la ruta 234, 716 mil pesos en un corredor aeróbico en Zelaya, 994 mil pesos en mejoras en la Terapia Intensiva del Hospital Falcón, 530 mil pesos en una plaza de Manzone, 1 millón de pesos en el hospital odontológico, 1 millón en la estación saludable de Derqui, 163 mil pesos en una plaza del barrio El Triángulo de Manuel Alberti, 330 mil pesos para refaccionar la Plazoleta de la Conciencia, 1 millón de pesos para el Centro de Atención Primaria de Pilar, y 1,1 millón de pesos en mejoras en el Teatro Lope de Vega, es decir poco más de 15 millones de pesos en total.
La construcción de veredas, en tanto, aparece como de financiación mixta, es decir donde aportan todos los escalones del Estado. Pero si todo el monto, unos 28 millones de pesos, se contemplaría como que surgieron de las arcas locales, no moverían la aguja lo suficiente como para poder asegurar que, con el presupuesto local, se pueden encarar las obras que los vecinos necesitan.
Así y todo, siempre según los datos aportados por la Comuna, con fondos locales, como máximo, se hicieron obras de toda índole por 43 millones de pesos, un número flaco para un distrito que reúne a los mayores conglomerados de industrias del país, que tiene casi 300 barrios cerrados y countries, decenas de shoppings y centros comerciales, y uno de los corredores gastronómicos más importantes de la región.