La Secretaría de Salud, a través de la Dirección de Seguridad Alimentaria, renovó las recomendaciones a la población para reforzar la higiene personal y la correcta elaboración de los alimentos como forma de evitar las infecciones producidas por la bacteria escherichia coli, causante –entre otras enfermedades– del Síndrome Urémico Hemolítico (SUH).
El titular de esa área municipal, Matías Cortez señaló que "entre los principales cuidados, hay que cocinar la carne completamente, en especial la carne picada y los productos elaborados con ella de manera que no queden partes rosadas o rojas en su interior; lavarse las manos con agua y jabón antes y después de ir al baño, antes de manipular alimentos y después de tocar alimentos crudos; lavar bien las frutas y verduras y consumir agua segura, para disminuir los riesgos de contaminación con la bacteria".
Asimismo, los profesionales aconsejan a los vecinos que si tienen dudas sobre la calidad del agua, resulta conveniente hervirla o agregar dos gotas de lavandina por litro de agua, agitar y dejar reposar 30 minutos antes de ingerirla.
También se aconseja consumir leche pasteurizada y utilizar distintos utensilios para la manipulación de los alimentos, con el objetivo de evitar la contaminación cruzada entre alimentos crudos y cocidos.
Por su parte, los nefrólogos infantiles desaconsejan la ingesta de yogures en menores de 5 años, como así también el consumo de carne picada.
La Escherichia coli es un gran grupo de bacterias, de las cuales la mayoría son inofensivas; algunos tipos de ellas pueden causar enfermedades, como la escherichia coli productora de toxina Shiga.
La complicación de la enfermedad afecta particularmente a niños y a ancianos. El SUH puede presentarse a través de síntomas como diarrea, dolores abdominales, vómitos y otros más severos como diarrea sanguinolenta y deficiencias renales. El período de incubación de la enfermedad es de 3 a 9 días.
Desde Seguridad Alimentaria aconsejan tener en cuenta las siguientes recomendaciones
Para la manipulación de los alimentos
Al realizar las compras, se debe comenzar por los productos envasados y dejar para el final los perecederos como carnes, aves, pescados o productos lácteos.
Al comprar carne picada, optar por la que fue procesada en el momento y consumirla inmediatamente. Este producto se altera más rápidamente que una pieza de carne entera.
Controlar las fechas de vencimiento de todos los productos. No comprar alimentos sin fecha, marca o números de registro, ni aquellos cuyo envase se encuentre en malas condiciones –latas o tetrapack abollados o hinchados, o bolsas plásticas rotas–.
No comprar alimentos preparados que se exhiban a temperatura ambiente.
Evitar la compra de huevos que tengan su cáscara rota o sucia.
Los productos como las carnes, aves y pescados deben guardarse en bolsas, separados de otros alimentos, para evitar que los jugos de los mismos puedan contaminarlos.
En caso de solicitar el envío de mercadería a domicilio, asegurarse de que los productos perecederos permanezcan el menor tiempo posible a temperatura ambiente.
Si durante la compra se desiste de llevar algún producto perecedero que ya había seleccionado, lo ideal es devolverlo rápidamente al correspondiente refrigerador, para evitar que se corte la cadena de frío.
En el hogar
Al guardar la mercadería, colocar adelante los productos que venzan primero, a fin de consumirlos antes de que eso ocurra.
No mezclar alimentos crudos y cocidos. Guardar en heladera y bien tapados aquellos alimentos que no van a ser sometidos al calor antes de ser ingeridos. De esta forma, se previenen posibles contaminaciones con otros productos.
Lavar las verduras y las frutas antes de ubicarlas en la heladera. Proceder de la misma forma con los envases de bebida.
Al abrir una lata de conserva, transferir todo el contenido a un envase de vidrio o de plástico. Nunca conservar el excedente en el envase original (lata).
Conservar los huevos en la heladera y en su envase original, separados de otros alimentos listos para ser consumidos.
Higienizar y descongelar la heladera y/o freezer periódicamente.
Durante la preparación
No volver a congelar un alimento que ya fue descongelado, pues ello favorece la contaminación con microorganismos y su posterior proliferación. Descongelar el producto en la heladera y no a temperatura ambiente, no aproximarlo a una fuente de calor o bajo el chorro de la canilla. Asegurarse de que, antes de cocinar el alimento, se haya completado su descongelación.
Los preparados que contengan huevo crudo y las mezclas para preparar panqueques no deberán conservarse más de 24 horas.
No cocinar verduras sin haberlas lavado previamente: la cocción puede destruir la contaminación microbiana presente pero no los contaminantes químicos (pesticidas, fertilizantes).
Si no se posee agua de red controlada, se aconseja hervirla antes de usarla, pero no en forma prolongada. El calentamiento eliminará, por un lado, los microorganismos presentes, pero también concentrará algunas sales que podrían resultar dañinas para la salud.
Evitar la contaminación cruzada, utilizando distintos utensilios para manipular los alimentos crudos y los cocidos.
Durante el almacenamiento
No utilizar envases de alimentos o bebidas para guardar detergentes, limpiadores, insecticidas o solventes. Tampoco guarde alimentos en envases que hayan contenido otros productos.
No almacenar alimentos junto a productos de limpieza.
No guardar los alimentos en bolsas de residuos.